lunes, 19 de junio de 2017

Perro herido

Perro herido.

Perro, el mejor amigo del hombre, llevamos tantos años juntos y tanto tiempo desarrollándonos gracias a ellos que a veces los vemos como simples mascotas, como seres con los cuales podemos jugar, que podemos descuidar, pues siempre estarán ahí esperándote para recibirte. E injustamente nos regalan su alegría.

Hay estudios antropológicos que afirman que gracias al perro, o a los primeros lobos domesticados  el ser humano evolucionó en su sociedad, avanzó en el sedentarismo fueron los primeros sabuesos, nakama* del hombre que nos ayudaba en la caza y que nos avisaba si alguien o algo se acercaba a nuestro hogar, el primer sistema de alarma efectivo que tuvimos,vaya.

Yo diría que es nuestra primera “rueda” se habla de la rueda como un avance técnico impresionante, no? La historia ignora aquello que nos otorgó la naturaleza.

Ahora, qué ocurre cuando hieres a un perro? Cuando te encuentras a un perro herido? Enseña los dientes, muerde, ladra y te evita, no te irá a buscar, aunque su supervivencia dependa de otro ser humano, cuando el perro pierde su fe, su confianza en el ser humano,  partes su espíritu, su cooperativismo, lamerá sus heridas, sólo y en silencio, buscará refugio allá dónde se sienta seguro. Pero te evitará.

Alejandro Rivas Gutiérrez.

pd: Recuerda que en todo perro hay un lobo estepario, superviviente, resilente .

*(término japonés que significa, compañero y hermano, no sólo compartes la actividad sino que se crea un vínculo muy fuerte entre ambos parecido a la hermandad )

lunes, 24 de abril de 2017

A thousand years

Un poco de música

Aquellos que escriben tratan de contar lo que sería una vida fabulosa, ya fuese con ella o una amalgama de seres fantásticos que tienen mucho de nuestras mejores cualidades y que nuestros defectos descubiertos (pues todos tenemos defectos que ignoramos) se vuelven en virtudes capaces de salvar el mundo o a ella.

Yo intento describir muchas veces lo que me ocurre, todas las cosas de las que me veo capaz sólo porque me quiere, intento darle palabras a lo que son sentimientos complejos, enrevesados, pero que sólo tienen una dirección, un futuro y una persona.

No siento ninguna vergüenza de pensar en ello, ni de explicarlo, de hecho la única vergüenza que debería de darme es no haberla encontrado antes, pero supongo que la vida nos va preparando poco a poco para que llegue la persona adecuada en el momento justo.


Me dice a diario que la miento, yo tengo la oscura certeza de que intenta salvaguardar un poquito de si misma de mí, porque sé que me meto en absolutamente todo. Cada día quiero estar presente en el más mínimo de sus pensamientos, y aunque sea un poco enfermizo creo que ella se metió así en los mío, así que me debo de vengar, pero me esquiva y me prueba, a ver de cuántas maneras diferentes puedo decirla que la quiero o que la amo…

Lo siento cariño, pero sólo hay una manera y es la siguiente, ¿estás preparada?

Te quiero.
Te Amo.

El resto son sólo anécdotas para contar una historia que se resume en esas cuatro palabras. Te quiero todos los días de mi vida, y te amo porque no sé quererte, ese verbo se quedó corto hace algún tiempo.


Alejandro Rivas Gutiérrez         

miércoles, 8 de febrero de 2017

Caza fortunas


El término caza fortunas. Es un término que está vigente hoy en día de aquellas personas que son todo superficialidad, que buscan más la forma que la esencia, que buscan antes la comodidad que la adversidad… Desarrollo.


En mi mundo, donde me he criado, pocos son los que tienen algo, una casa en la playa para poder ir gratis, en el mejor de los casos a Benidorm, Torrevieja o algún punto masificado de línea costera mediterránea. Quiero decir, que esas amistades nunca me interesaron, porque la verdad, solían hablar de la playa como si se creyesen más por pasar un mes en su playa, de sus amigos maravillosos y su moreno de escándalo.
Yo soy más amigo de los campamentos, éramos en su mayoría chicos con pocos recursos que compartíamos la carga de las mochilas en las caminatas, que nos ayudábamos si nos torcíamos el tobillo o compartíamos una habitación donde estarían cómodas 4 personas y terminábamos siendo 8 o 10.

Aprendí a dar masajes para quitar la fatiga, aprendí a ligar allí, me di cuenta que las mejores personas se conocen hablando, que con la ropa vieja y fea lo que importaba era el brillo de los ojos, las bromas absurdas y las risas…

Y así pasé mi niñez y mi adolescencia. No entendí nunca lo que es acercarse a alguien por interés y hoy en día me pasa factura, no les río las gracias a mis jefes, no acepto la idea de alguien que no me argumenta y me desarrolla haciendo gala su elocuencia y así vamos, el término caza fortunas lo transformé.

Para mi cazar fortunas es encontrar personas auténticas, brillantes, geniales, inteligentes a rabiar o sencillo, personas bonitas. Me gusta rescatar personas que se encuentran en un pozo y cuando han conseguido salir, que sepan que tendrán mi ayuda, pero que ahora pueden ir ellos solos por la vida, cada una de estas personas me enseñaron algo, a cada una de estas personas me dieron algo más valioso que su dinero, Su tiempo.

Quisiera decir que la persona más rica que he conocido nunca, me canta a las 7 de la mañana, que sale de la cama a las 4 de la madrugada para comprarle tabaco a su hermano y que ha pasado más horas en un hospital de las que eran sanas y que por supuesto, me ha regalado más risas en unos meses que las que he conseguido en un par de años, y lo sé porque en un mes de su ausencia no me he escuchado reír.


Atentamente.

Yo

martes, 20 de diciembre de 2016

Y casi llegó

Este año ha sido raro, podríamos decir que ha sido lo más parecido a un parque de atracciones. He tenido momentos de euforia, de auténtico subidón, momentos en los que me encontraba solo, extraviado, rodeado de desconocidos sin saber si querer ir a un punto de encuentro (un café a las 4 de la tarde) o subirme de nuevo a esa montaña rusa.

Ha sido un año de superación, de esfuerzo, de valorarse más a sí mismo, de aprender mucho de cómo lo que dices y  el cómo lo dices te hace parecer un canalla, aunque en tu fuero interno tus ideas estaban lejos de ese mensaje y mucho más lejos del hilo in
visible que queda en la interpretación del oyente.

Me he enamorado, tres veces en un mes, o en tres horas, no lo sé, he vivido muy intensamente tras un beso y he olvidado tras unas caricias, me he sentido lleno, vacío. Completo y roto, un juguete listo a dar batalla o sin las pilas suficientes para dar un nuevo grito.

He corrido, corrido y corrido, más que nunca, he corrido detrás de mis demonios para darles una paliza y delante de ellos para que no me arrastrasen.
He ido con pies de plomo, con tanto cuidado como he sabido, he acelerado como si el pie me pesara toneladas. He visto como las noches se tornaban mañanas y cómo las horas pasaban a ser minutos.
He disfrutado de duchas solo y acompañado. He estado en duchas en las que de verdad nunca he pisado.
He viajado frente al a escritorio, subido en la cama o en el coche parado en un semáforo. He cambiado de coche y he seguido en el mismo.
Visité hogares, visité corazones, siempre entré con cuidado de no tocar nada, pero me instalé como si fuese mi casa, era mi casa, esa era mi casa y yo lo sabía y ella también.

He vigilado de lejos, observado cada paso, cada palabra, cada cagada, mía, suya, de ambos, he pedido disculpas, he escuchado las disculpas nunca pronunciadas, he perdonado sin tener un motivo, he sonreído sin que me lo pidiesen.
Me hice fotos, menos que antes, más que nunca, depende de las horas, depende del momento. He sido feliz, he estado triste, pero sobre todo te he echado de menos.


Alejandro Rivas y un 2016 complicado.

lunes, 14 de noviembre de 2016

24 horas

Tienes menos de 24 horas para que todo cambie en mí. No te puedo ofrecer mi vida si en 24 horas no has sido capaz de llamar a lo más grande que tengo. Mi curiosidad. Haz que me desviva por querer saber todo lo que sabes, todo lo que ocultas, todo lo que eres capaz de dar, a todo lo que eres capaz de renunciar, y a saber dónde están tus yo nunca y que me los voy a saltar.

Tienes 24 horas para violarme la mente, para violarla sin compasión, para que la secuestres y hagas que tenga síndrome de Estocolmo, pues para colmo no espero un perdón, ni permiso, sino una constante. Violame.

Tienes exactamente 10 segundos para que evalúe tu ortografía, podré enamorarme de ti si sabes usar una coma, pero podré aburrirme si te tengo que explicar lo poco que sé sobre este tema. No soy tu maestro, aunque quisiera enseñarte, pero todos mis trucos son para quitarte las bragas, pues ahí te haré sentir no soy un muggle, que hace tiempo que la varita me escogió y serás tú quién note la magia recorriendo tu cuerpo.


Superarás muchas pruebas en muy poco tiempo, te toparás con muchos muros, te toparás con un chico que hace tiempo le arrancaron la ilusión y el corazón. Te encontrarás con alguien que ha aprendido a amar, a querer, a perdonar y a olvidar, que ha aprendido que posiblemente que sin ti no es nadie. Son sus lecciones. Verás un niño que se siente solo, y que en su soledad se siente cómodo, te hará partícipe de su soledad, de su silencio, de sus miedos y de sus sueños, pues ya no teme amar.

No sé muy bien qué tengo para ofrecerte, no sé qué podré hacer por ti, de verdad ni que futuro podré darte, pues no conozco el mío y si tengo que evaluar mi futuro por mi pasado espero que salgas corriendo.

Pero algo sí sé. Me dedico en cuerpo y alma, dedico cada recurso que tengo para sorprenderte, a veces soy algo burdo, a veces infantil, muchas veces cursi en vez de romántico y la mayoría de las veces las cosas no salen como quiero. Intento cuidar los detalles, intento cuidarte al máximo. Me arriesgaré por hacerte feliz, espero no cagarla.

También te ofrezco un sitio en el que llorar, un sitio en el que podrás  dormir, un abrazo como pocos has sentido, un beso sincero en los labios y un beso pausado en la frente. Una mano en el culo cuando nadie nos ve, bueno y cuando nos ven también. Buscaré un rincón para besarte hasta que te enciendas y luego te cogeré de la mano para continuar con el objetivo inicial.

Al final no sé si lo que ofrezco es mucho o es poco, seguro que me dejo alguna cosa por ahí, pero quién sabe que será, si lo estás leyendo lo mismo sabes algo más de mí que he pasado por alto. Hasta entonces sed felices, es una orden.

Alejandro Rivas Gutiérrez 

viernes, 21 de octubre de 2016

Princesa de Octubre

Me dicen que me gustan las mujeres que están locas, que no están bien, que tienen alguna tara emocional y que me harán daño, pero yo os describo lo que me gusta de una mujer y decidme que no queréis eso en vuestra vida, a ver quién está loco.

Quiero a una mujer que haya sufrido por amor, que haya sufrido en su vida, saber que soy esa tirita, esa venda, o ese bálsamo que la va sanando.

Las necesito que estén rotas, pues no se completa un puzzle con las piezas de un único jugador. Las personas enteras, no tienen ni puta idea de nada, no saben lo que es confundirse y meter la pata hasta la nuca con lo que no sabrán lo que une una discusión hasta las 8 de la mañana y los mensajes de después. No entenderán que estamos diciéndole. Te quiero y no puedo dormirme estando cabreado contigo.


La quiero con tantos pliegues que no me aburra nunca de escucharla, tiene una historia tras cada recodo, que su vida rescate mis propias experiencias ya olvidadas, que compartir es vivir y nada une más que eso.

Deseo que sea tremendamente sexy, hasta rallar la locura.

Tiene que ser inteligente, inteligente a rabiar, que me de coraje, que me pille en mis “nadas” en mis preámbulos, que brille por sí sola, que su elocuencia deje finalizada la conversación. Sí, tienes razón y no tengo nada que añadir. Me sangran las encías diciendo esto, pero cojones, se lo ganó.

Que tenga coletillas, frases hechas, que tenga copy Rigth. Da igual lo que sea, pero saber que esa misma frase con otra persona no puedo, ni la quiero usar.

Que me diga. No, no quiero, no quiero verte, no quiero escucharte, no me apetece salir de la cama. Y que al rato me escriba. “¿qué haces?” o me envíe una mierda que vio por Facebook o twitter que le recordó a mí y me quede… ¿es momento de salir corriendo a abrazarla?

Que tenga esa dosis de romanticismo para que le guste mi intento de ser romántico, que le gusten los pequeños detalles como una nota, un mensaje sin motivo, o un te quiero en medio de la nada.

Que compre bragas nuevas, sólo con una intención, ver la sonrisa que pongo mientras pienso en arrancárselas.

¿Chicos, estoy loco?



miércoles, 12 de octubre de 2016

Touché


Somos seres humanos, eso nos confiere las mismas necesidades que al resto de seres vivos. Nacemos, nos alimentamos, nos reproducimos y morimos.
Y en esta verdad absoluta caen los años y el destino que está por venir. Puede que no me lo hubiese planteado, pero haciendo gala de un descubrimiento reciente siento más incertidumbre que nunca por mi futuro.

Ya he cumplido dos de mis funciones vitales, que es nacer y alimentarme, unas veces mejor que otras. Ahora, en mi tercera función, he de decir que me he empeñado en practicar todo lo posible para que mañana mi futuro no tenga defectos. Fuiste hecho con amor, desde el primer beso al éxtasis que te empujó hasta el final.

Para reproducirse en una época como ésta en dónde la información es tan grande, sabes que tienes que cumplir con una lista. Un niño que no jugó a ser súper man o la niña que no tuvo un príncipe que le rescatase de su torreón de almohadas. Esta, no es mi idea de la paternidad.

He llegado a los 28 sin preocuparme por esto. No le di importancia al tiempo que iba sumándose en mi calendario. No le di importancia a las personas que pasaron tiempo conmigo, porque no veía preparado para tal hazaña, pero sí seguí compartiendo el tiempo con ellas… ¿puede que mi percepción del tiempo hiciera que todas fracasaran? ¿Puede que el fracaso sea fruto de no luchar por el futuro? ¿Falta de ambición pensando que todo llegará cuando deba de llegar? ¿Acaso las cosas llegan sin trabajarlas?

La realidad es que tengo 28 años, una prueba de acceso a la universidad que no me sirve para cumplir mi siguiente etapa, y años por delante que no sé cómo los sortearé, el caso es que me plantaré casi en los cuarenta siendo un novato en mi profesión y me pregunto… ¿quién querrá a un hombre como yo? Si ya hay niños más preparados para la vida que yo…

Los demonios nos asedian a todos. El amor ha sido una de mis metas antes de morir. He luchado por él. Pero sigo perdiendo batallas. Mi peor enemigo fue el miedo a mí mismo.

Debería de ser un poco más humilde, debería deja de intentar ser el mejor, debería simplemente dejarme querer con lo que soy, con lo que me duele y con lo que no me duele, debo de ser algo más auténtico, algo más yo.

Pero si he de suponer algo, supongo lo siguiente: siempre me ha dado miedo mostrarme como soy y sé que es porque si me rechazan mostrándome al 100% es un golpe fatídico.

Touché, a la mandíbula y sin bucal.

Alejandro Rivas Gutiérrez



domingo, 9 de octubre de 2016

28 veces maldito

Pesa sobre mí una terrible maldición y quiero que la conozcas.  Llevo casi 30 años conmigo mismo y algo me conozco.

La maldición creo que me lleva a apartar a la gente de mi lado, da igual cuánto me esfuerce, nunca lo hago bien. Da igual que esté pensando tras mis palabras, el mensaje que envío es equivocado.
Puede que lo que me ocurre es que quiero demasiado y con mucha intensidad, que intento ser frío y dosificar esto que me quema, tanto amor, tanta pasión, que es incontrolable.
 
Fui maldecido con el don de la palabra, con la capacidad para poder adornar las palabras, con la mala suerte de encontrarme con gente más inteligente que yo que ve en mi forma algo que no es lo que trataba de decir y al pararme a dar una explicación, de nada les vale, ya han visto qué quería decir.

Si te quiero, seguro que me he confundido en más de una ocasión contigo, supongo que es por cómo viví mi infancia, la soledad es algo que tarda demasiado en curarse. Os aparto diciendo algo que no es lo que siento, lo que pienso, lo que deseo.


Mi mayor miedo, siempre ha sido uno: La soledad. Y es mi mayor miedo porque he vivido con ella, pero parece que es un demonio que te susurra al oído para que vuelvas a ella, para que digas eso que no has de decir, aunque cuando lanzas el mensaje piensas en otra cosa diferente, pero como el agua que no vuelve a molino, las palabras pronunciadas no vuelven a mi boca y con ellas. Destrucción.

Si me estás leyendo, estas palabras te llegan tarde. Pero es así, mi mayor defecto. Quererte. Te haré daño, no conozco persona que no haya sufrido mi maldición, por más que me esfuerzo en ser la mejor persona imaginable, de verdad. Cada día…

Pero tengo miedo.
Mucho miedo.

Si te quiero, te necesito, alivias mi corazón, lo sanas, pero cuando veo que te pierdo es... una agonía y habla la soledad que está instaurada en mí.

Te quiero, y perdona. Sé que te hice daño, nunca lo pensé, nunca lo quise, pero lo mismo no deberías de venirte a mi lado. Tengo muchas cosas buenas, pero si vienes, ven para quedarte, piensa que diré cosas que no quiero decir. Que tras cada palabra tengo muchos sentimientos guardados, y por eso no te engaño si te digo algo y luego ves que me retracto, no era consciente de cómo se estaba enviando el mensaje.

Alejandro Rivas Gutiérrez 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Herida


Soy una herida que está siempre haciendo de herida, recordándome mi existencia, recordándome mis errores, sangrando de vez en cuando, derrochando imaginación y dolor, a fin de cuenta en la sangre hay vida y en mis escritos viven mis dolores.

De dolor mucho sé, no sé si por como nací o por el sentido tan estúpido que tantas veces tengo sobre la lealtad, el amor, la amistad. No lo sé, sigo pensando que soy algo más que unas líneas al final de ese mensaje. Más que unas risas con una cerveza, más que lo que muchas veces me duele.

Seré una herida, seré un día gris, un día sin luz, o una luz a los días sin luz, una risa cuando asoma una lágrima o un amigo cuando todo está vacío.

La vida está llena de cosas existenciales, la existencia en sí es algo que muchas veces no comprendemos, muchas veces sonrío a ver cómo el destino juega conmigo y me junta y me separa a las personas, cómo y en qué momento veo que todo encaja y empiezo a creer.


La verdad que a pesar de que creo firmemente somos las heridas que hemos sufrido, a pesar de que creo que somos esos recuerdos felices que nos quedan en nuestra memoria cual utopía, que somos todo el sexo que hemos tenido, todos los anhelos acumulados, el sentido del ridículo que dejamos de lado por hacer reír a esa persona… y ese orgullo que muere asesinado por esa sonrisa…

Hoy las noches tienen sentido, hoy las heridas se suturan, hoy los fracasos son aciertos, los errores son lecciones y la fábula del hilo rojo esté presente en mi vida, no lo sé, o que pollas sí lo sé, pero no te lo diré! Jajajajaja

¿Queréis saber que me pasa? Que cuándo estás en uno de esos días que no quieres salir de la cama, que seguirías días y días, que ni la bebida ni las promesas te sacarían de ella, a mí me salen estas cosas.

Me voy a correr, que tras unas líneas, todo funciona mejor por aquí dentro.

Alejandro Rivas Gutiérrez


sábado, 3 de septiembre de 2016

breaks

Tengo demasiado odio para poder escribir sobre algo bonito, me tiene un poco quemado esta sociedad, ya no sé muy bien qué hago quejándome ni para que lo comparto, imagino que quise hablar de amor y se me atragantaron las palabras bonitas al segundo párrafo.

¿Dije imagino? No, estaba escribiendo sobre las personas bonitas que me he cruzado en este último año, personas que me han ayudado a crecer, que me hicieron sonreír, que me hicieron la vida más fácil, y hoy tengo más ganas de quejarme de esta sociedad inamovible…

En fin, da todo un poco de asco, tengo un poco de mal rollo acumulado que por más que ría, bese, acaricie o abrace no consigo que se escape. No se va con canciones, no se va con vacaciones, no se va sobre las olas ni con el viento en la cara a 200 kms por hora.

Sigamos explorando el mundo, sigamos viviendo, sigamos riéndonos, sigamos haciendo el mundo un poco mejor, a mí ya me cansa fingir y como nunca fuí de fingir no sé como hacerlo para poder sonreír a quién quisiera que las cosas le fueran verdaderamente mal…

Hoy lo pienso, siempre habrá a alguien que le deseemos mal, pero en el fondo con que encuentre que está podrido por dentro me basta, que cambie o llore.


Alejandro Rivas Gutiérrez, a las tres de la mañana de un 4 de septiembre