domingo, 17 de agosto de 2014

Mierda para todos

Quizá esos días en los que estás cabreado sin un motivo aparente son los que más echas de menos a todas esas cosas que en algún momento te hacen sentir bien.  También por azar huevadas, esos mismos días se juntan que todas las cosas que te pueden tocar las pelotas ligeramente ese día, aparezcan y hagan creas que la humanidad se merece un lugar mejor. Sí el infierno dónde deberíamos de estar todos por hijos de puta.

Sí uno de esos días puede que sea hoy. Nada sale como me hubiese gustado y ando que muerdo. Hoy tengo licencia para borderías, y no dar muchas explicaciones por ello.

Puede que mañana me levante con otra sonrisa, que la de sádico que se dibuja hoy en mi cara en imaginar tres mil torturas diferentes y las palabras y actitudes más hirientes. Por ello tras cenar, tras cumplir con mis obligaciones y dejar de darme excusas que de poco valen, iré a hacer algo por este cabreo, iré a desaparecer pues es lo único que puede quitar esta mala hostia que se me concentra entre la boca del estómago por no cagarme en dios , y en el ceño fruncido… Creo que si me viese ahora mismo  con la mandíbula tensa, los dedos rápidos y la mirada demasiado fija, me preguntaría ¿qué fue de aquel chico que buscaba lo positivo de la vida?

Hoy está en coma, sí. Hoy soy una versión bastante menos agradable, bastante más agresiva  y sin ganas de contacto humano. Además como los problemas no llegan solos, las facturas tampoco, así que tras sacar de rincones pagaré, como persona adulta…

Odio haber salido de Nunca Jamás…  ¿en qué momento quise tener dinero? ¿para qué si teniendo dinero siempre necesitas de él? Triste consuelo resulta saber que de no haber decidido trabajar habría necesidad de pedir para comer… Aún así, sigo cabreado por las faltas…

Hoy tengo mierda para todos. Aviso.


Alejandro Rivas Gutiérrez