Quizá esos días en los que estás cabreado sin un motivo
aparente son los que más echas de menos a todas esas cosas que en algún momento
te hacen sentir bien. También por azar
huevadas, esos mismos días se juntan que todas las cosas que te pueden tocar
las pelotas ligeramente ese día, aparezcan y hagan creas que la humanidad se
merece un lugar mejor. Sí el infierno dónde deberíamos de estar todos por hijos
de puta.
Sí uno de esos días puede que sea hoy. Nada sale como me
hubiese gustado y ando que muerdo. Hoy tengo licencia para borderías, y no dar
muchas explicaciones por ello.
Puede que mañana me levante con otra sonrisa, que la de
sádico que se dibuja hoy en mi cara en imaginar tres mil torturas diferentes y
las palabras y actitudes más hirientes. Por ello tras cenar, tras cumplir con
mis obligaciones y dejar de darme excusas que de poco valen, iré a hacer algo
por este cabreo, iré a desaparecer pues es lo único que puede quitar esta mala
hostia que se me concentra entre la boca del estómago por no cagarme en dios ,
y en el ceño fruncido… Creo que si me viese ahora mismo con la mandíbula tensa, los dedos rápidos y
la mirada demasiado fija, me preguntaría ¿qué fue de aquel chico que buscaba lo
positivo de la vida?
Hoy está en coma, sí. Hoy soy una versión bastante menos
agradable, bastante más agresiva y sin
ganas de contacto humano. Además como los problemas no llegan solos, las
facturas tampoco, así que tras sacar de rincones pagaré, como persona adulta…
Odio haber salido de Nunca Jamás… ¿en qué momento quise tener dinero? ¿para qué
si teniendo dinero siempre necesitas de él? Triste consuelo resulta saber que
de no haber decidido trabajar habría necesidad de pedir para comer… Aún así,
sigo cabreado por las faltas…
Hoy tengo mierda para todos. Aviso.
Alejandro Rivas Gutiérrez
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