Quítamelo todo.
Quítamelo todo, no lo quiero, nada me sirve. Llévatelo, dios
sabe dónde, o los duendes que esconden las cosas, llévatelo nada me sirve.
Quítame el sueño, las ganas de estar en la cama, el placer
de la soledad, la ropa. Llévatelo que me ahoga.
Todas las horas, todos los días, todas las caras bonitas,
todos los bellos cuerpos. Todo te lo has llevado y sólo queda en mi cosas que
no me pertenecen, cosas que son tuyas.
No sé qué ocurre, pero llegan las 4 de la mañana y sigo
dando vueltas en mi cama tratando de dormir, tratando de llegar a algún lado
con esta cabeza loca, pero sólo llego a ti ¿serás Roma? ¿Eres Grecia?
¿quién eres y cómo lo lograste? No lo entiendo. Mi tiempo no
me pertenece, por más que trato de agarrarlo, por más que le ponga riendas. Los
kilómetros son metros si me llevan a tu casa y kilómetros sin más si me llevan
a cualquier otro lado, aunque sea en busca de mis sueños.
Quiero soñar, vivir, razonar, contigo y sin ti, pero estás
por todos los lados, ¿Será fruto de algún hechizo? ¿Será que he perdido las
pocas tuercas que me quedaban? ¿Será que estoy enamorado? Aun cuando las cosas
son más difíciles algo me hace tirar.
¿Sabes lo más curioso de todo? Que desde que te conozco me
conozco mejor a mí mismo, y aunque sea una locura. Sigo apostando mi sangre en
esto.
Alejandro Rivas Gutiérrez
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