martes, 20 de diciembre de 2016

Y casi llegó

Este año ha sido raro, podríamos decir que ha sido lo más parecido a un parque de atracciones. He tenido momentos de euforia, de auténtico subidón, momentos en los que me encontraba solo, extraviado, rodeado de desconocidos sin saber si querer ir a un punto de encuentro (un café a las 4 de la tarde) o subirme de nuevo a esa montaña rusa.

Ha sido un año de superación, de esfuerzo, de valorarse más a sí mismo, de aprender mucho de cómo lo que dices y  el cómo lo dices te hace parecer un canalla, aunque en tu fuero interno tus ideas estaban lejos de ese mensaje y mucho más lejos del hilo in
visible que queda en la interpretación del oyente.

Me he enamorado, tres veces en un mes, o en tres horas, no lo sé, he vivido muy intensamente tras un beso y he olvidado tras unas caricias, me he sentido lleno, vacío. Completo y roto, un juguete listo a dar batalla o sin las pilas suficientes para dar un nuevo grito.

He corrido, corrido y corrido, más que nunca, he corrido detrás de mis demonios para darles una paliza y delante de ellos para que no me arrastrasen.
He ido con pies de plomo, con tanto cuidado como he sabido, he acelerado como si el pie me pesara toneladas. He visto como las noches se tornaban mañanas y cómo las horas pasaban a ser minutos.
He disfrutado de duchas solo y acompañado. He estado en duchas en las que de verdad nunca he pisado.
He viajado frente al a escritorio, subido en la cama o en el coche parado en un semáforo. He cambiado de coche y he seguido en el mismo.
Visité hogares, visité corazones, siempre entré con cuidado de no tocar nada, pero me instalé como si fuese mi casa, era mi casa, esa era mi casa y yo lo sabía y ella también.

He vigilado de lejos, observado cada paso, cada palabra, cada cagada, mía, suya, de ambos, he pedido disculpas, he escuchado las disculpas nunca pronunciadas, he perdonado sin tener un motivo, he sonreído sin que me lo pidiesen.
Me hice fotos, menos que antes, más que nunca, depende de las horas, depende del momento. He sido feliz, he estado triste, pero sobre todo te he echado de menos.


Alejandro Rivas y un 2016 complicado.

lunes, 14 de noviembre de 2016

24 horas

Tienes menos de 24 horas para que todo cambie en mí. No te puedo ofrecer mi vida si en 24 horas no has sido capaz de llamar a lo más grande que tengo. Mi curiosidad. Haz que me desviva por querer saber todo lo que sabes, todo lo que ocultas, todo lo que eres capaz de dar, a todo lo que eres capaz de renunciar, y a saber dónde están tus yo nunca y que me los voy a saltar.

Tienes 24 horas para violarme la mente, para violarla sin compasión, para que la secuestres y hagas que tenga síndrome de Estocolmo, pues para colmo no espero un perdón, ni permiso, sino una constante. Violame.

Tienes exactamente 10 segundos para que evalúe tu ortografía, podré enamorarme de ti si sabes usar una coma, pero podré aburrirme si te tengo que explicar lo poco que sé sobre este tema. No soy tu maestro, aunque quisiera enseñarte, pero todos mis trucos son para quitarte las bragas, pues ahí te haré sentir no soy un muggle, que hace tiempo que la varita me escogió y serás tú quién note la magia recorriendo tu cuerpo.


Superarás muchas pruebas en muy poco tiempo, te toparás con muchos muros, te toparás con un chico que hace tiempo le arrancaron la ilusión y el corazón. Te encontrarás con alguien que ha aprendido a amar, a querer, a perdonar y a olvidar, que ha aprendido que posiblemente que sin ti no es nadie. Son sus lecciones. Verás un niño que se siente solo, y que en su soledad se siente cómodo, te hará partícipe de su soledad, de su silencio, de sus miedos y de sus sueños, pues ya no teme amar.

No sé muy bien qué tengo para ofrecerte, no sé qué podré hacer por ti, de verdad ni que futuro podré darte, pues no conozco el mío y si tengo que evaluar mi futuro por mi pasado espero que salgas corriendo.

Pero algo sí sé. Me dedico en cuerpo y alma, dedico cada recurso que tengo para sorprenderte, a veces soy algo burdo, a veces infantil, muchas veces cursi en vez de romántico y la mayoría de las veces las cosas no salen como quiero. Intento cuidar los detalles, intento cuidarte al máximo. Me arriesgaré por hacerte feliz, espero no cagarla.

También te ofrezco un sitio en el que llorar, un sitio en el que podrás  dormir, un abrazo como pocos has sentido, un beso sincero en los labios y un beso pausado en la frente. Una mano en el culo cuando nadie nos ve, bueno y cuando nos ven también. Buscaré un rincón para besarte hasta que te enciendas y luego te cogeré de la mano para continuar con el objetivo inicial.

Al final no sé si lo que ofrezco es mucho o es poco, seguro que me dejo alguna cosa por ahí, pero quién sabe que será, si lo estás leyendo lo mismo sabes algo más de mí que he pasado por alto. Hasta entonces sed felices, es una orden.

Alejandro Rivas Gutiérrez 

viernes, 21 de octubre de 2016

Princesa de Octubre

Me dicen que me gustan las mujeres que están locas, que no están bien, que tienen alguna tara emocional y que me harán daño, pero yo os describo lo que me gusta de una mujer y decidme que no queréis eso en vuestra vida, a ver quién está loco.

Quiero a una mujer que haya sufrido por amor, que haya sufrido en su vida, saber que soy esa tirita, esa venda, o ese bálsamo que la va sanando.

Las necesito que estén rotas, pues no se completa un puzzle con las piezas de un único jugador. Las personas enteras, no tienen ni puta idea de nada, no saben lo que es confundirse y meter la pata hasta la nuca con lo que no sabrán lo que une una discusión hasta las 8 de la mañana y los mensajes de después. No entenderán que estamos diciéndole. Te quiero y no puedo dormirme estando cabreado contigo.


La quiero con tantos pliegues que no me aburra nunca de escucharla, tiene una historia tras cada recodo, que su vida rescate mis propias experiencias ya olvidadas, que compartir es vivir y nada une más que eso.

Deseo que sea tremendamente sexy, hasta rallar la locura.

Tiene que ser inteligente, inteligente a rabiar, que me de coraje, que me pille en mis “nadas” en mis preámbulos, que brille por sí sola, que su elocuencia deje finalizada la conversación. Sí, tienes razón y no tengo nada que añadir. Me sangran las encías diciendo esto, pero cojones, se lo ganó.

Que tenga coletillas, frases hechas, que tenga copy Rigth. Da igual lo que sea, pero saber que esa misma frase con otra persona no puedo, ni la quiero usar.

Que me diga. No, no quiero, no quiero verte, no quiero escucharte, no me apetece salir de la cama. Y que al rato me escriba. “¿qué haces?” o me envíe una mierda que vio por Facebook o twitter que le recordó a mí y me quede… ¿es momento de salir corriendo a abrazarla?

Que tenga esa dosis de romanticismo para que le guste mi intento de ser romántico, que le gusten los pequeños detalles como una nota, un mensaje sin motivo, o un te quiero en medio de la nada.

Que compre bragas nuevas, sólo con una intención, ver la sonrisa que pongo mientras pienso en arrancárselas.

¿Chicos, estoy loco?



miércoles, 12 de octubre de 2016

Touché


Somos seres humanos, eso nos confiere las mismas necesidades que al resto de seres vivos. Nacemos, nos alimentamos, nos reproducimos y morimos.
Y en esta verdad absoluta caen los años y el destino que está por venir. Puede que no me lo hubiese planteado, pero haciendo gala de un descubrimiento reciente siento más incertidumbre que nunca por mi futuro.

Ya he cumplido dos de mis funciones vitales, que es nacer y alimentarme, unas veces mejor que otras. Ahora, en mi tercera función, he de decir que me he empeñado en practicar todo lo posible para que mañana mi futuro no tenga defectos. Fuiste hecho con amor, desde el primer beso al éxtasis que te empujó hasta el final.

Para reproducirse en una época como ésta en dónde la información es tan grande, sabes que tienes que cumplir con una lista. Un niño que no jugó a ser súper man o la niña que no tuvo un príncipe que le rescatase de su torreón de almohadas. Esta, no es mi idea de la paternidad.

He llegado a los 28 sin preocuparme por esto. No le di importancia al tiempo que iba sumándose en mi calendario. No le di importancia a las personas que pasaron tiempo conmigo, porque no veía preparado para tal hazaña, pero sí seguí compartiendo el tiempo con ellas… ¿puede que mi percepción del tiempo hiciera que todas fracasaran? ¿Puede que el fracaso sea fruto de no luchar por el futuro? ¿Falta de ambición pensando que todo llegará cuando deba de llegar? ¿Acaso las cosas llegan sin trabajarlas?

La realidad es que tengo 28 años, una prueba de acceso a la universidad que no me sirve para cumplir mi siguiente etapa, y años por delante que no sé cómo los sortearé, el caso es que me plantaré casi en los cuarenta siendo un novato en mi profesión y me pregunto… ¿quién querrá a un hombre como yo? Si ya hay niños más preparados para la vida que yo…

Los demonios nos asedian a todos. El amor ha sido una de mis metas antes de morir. He luchado por él. Pero sigo perdiendo batallas. Mi peor enemigo fue el miedo a mí mismo.

Debería de ser un poco más humilde, debería deja de intentar ser el mejor, debería simplemente dejarme querer con lo que soy, con lo que me duele y con lo que no me duele, debo de ser algo más auténtico, algo más yo.

Pero si he de suponer algo, supongo lo siguiente: siempre me ha dado miedo mostrarme como soy y sé que es porque si me rechazan mostrándome al 100% es un golpe fatídico.

Touché, a la mandíbula y sin bucal.

Alejandro Rivas Gutiérrez



domingo, 9 de octubre de 2016

28 veces maldito

Pesa sobre mí una terrible maldición y quiero que la conozcas.  Llevo casi 30 años conmigo mismo y algo me conozco.

La maldición creo que me lleva a apartar a la gente de mi lado, da igual cuánto me esfuerce, nunca lo hago bien. Da igual que esté pensando tras mis palabras, el mensaje que envío es equivocado.
Puede que lo que me ocurre es que quiero demasiado y con mucha intensidad, que intento ser frío y dosificar esto que me quema, tanto amor, tanta pasión, que es incontrolable.
 
Fui maldecido con el don de la palabra, con la capacidad para poder adornar las palabras, con la mala suerte de encontrarme con gente más inteligente que yo que ve en mi forma algo que no es lo que trataba de decir y al pararme a dar una explicación, de nada les vale, ya han visto qué quería decir.

Si te quiero, seguro que me he confundido en más de una ocasión contigo, supongo que es por cómo viví mi infancia, la soledad es algo que tarda demasiado en curarse. Os aparto diciendo algo que no es lo que siento, lo que pienso, lo que deseo.


Mi mayor miedo, siempre ha sido uno: La soledad. Y es mi mayor miedo porque he vivido con ella, pero parece que es un demonio que te susurra al oído para que vuelvas a ella, para que digas eso que no has de decir, aunque cuando lanzas el mensaje piensas en otra cosa diferente, pero como el agua que no vuelve a molino, las palabras pronunciadas no vuelven a mi boca y con ellas. Destrucción.

Si me estás leyendo, estas palabras te llegan tarde. Pero es así, mi mayor defecto. Quererte. Te haré daño, no conozco persona que no haya sufrido mi maldición, por más que me esfuerzo en ser la mejor persona imaginable, de verdad. Cada día…

Pero tengo miedo.
Mucho miedo.

Si te quiero, te necesito, alivias mi corazón, lo sanas, pero cuando veo que te pierdo es... una agonía y habla la soledad que está instaurada en mí.

Te quiero, y perdona. Sé que te hice daño, nunca lo pensé, nunca lo quise, pero lo mismo no deberías de venirte a mi lado. Tengo muchas cosas buenas, pero si vienes, ven para quedarte, piensa que diré cosas que no quiero decir. Que tras cada palabra tengo muchos sentimientos guardados, y por eso no te engaño si te digo algo y luego ves que me retracto, no era consciente de cómo se estaba enviando el mensaje.

Alejandro Rivas Gutiérrez 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Herida


Soy una herida que está siempre haciendo de herida, recordándome mi existencia, recordándome mis errores, sangrando de vez en cuando, derrochando imaginación y dolor, a fin de cuenta en la sangre hay vida y en mis escritos viven mis dolores.

De dolor mucho sé, no sé si por como nací o por el sentido tan estúpido que tantas veces tengo sobre la lealtad, el amor, la amistad. No lo sé, sigo pensando que soy algo más que unas líneas al final de ese mensaje. Más que unas risas con una cerveza, más que lo que muchas veces me duele.

Seré una herida, seré un día gris, un día sin luz, o una luz a los días sin luz, una risa cuando asoma una lágrima o un amigo cuando todo está vacío.

La vida está llena de cosas existenciales, la existencia en sí es algo que muchas veces no comprendemos, muchas veces sonrío a ver cómo el destino juega conmigo y me junta y me separa a las personas, cómo y en qué momento veo que todo encaja y empiezo a creer.


La verdad que a pesar de que creo firmemente somos las heridas que hemos sufrido, a pesar de que creo que somos esos recuerdos felices que nos quedan en nuestra memoria cual utopía, que somos todo el sexo que hemos tenido, todos los anhelos acumulados, el sentido del ridículo que dejamos de lado por hacer reír a esa persona… y ese orgullo que muere asesinado por esa sonrisa…

Hoy las noches tienen sentido, hoy las heridas se suturan, hoy los fracasos son aciertos, los errores son lecciones y la fábula del hilo rojo esté presente en mi vida, no lo sé, o que pollas sí lo sé, pero no te lo diré! Jajajajaja

¿Queréis saber que me pasa? Que cuándo estás en uno de esos días que no quieres salir de la cama, que seguirías días y días, que ni la bebida ni las promesas te sacarían de ella, a mí me salen estas cosas.

Me voy a correr, que tras unas líneas, todo funciona mejor por aquí dentro.

Alejandro Rivas Gutiérrez


sábado, 3 de septiembre de 2016

breaks

Tengo demasiado odio para poder escribir sobre algo bonito, me tiene un poco quemado esta sociedad, ya no sé muy bien qué hago quejándome ni para que lo comparto, imagino que quise hablar de amor y se me atragantaron las palabras bonitas al segundo párrafo.

¿Dije imagino? No, estaba escribiendo sobre las personas bonitas que me he cruzado en este último año, personas que me han ayudado a crecer, que me hicieron sonreír, que me hicieron la vida más fácil, y hoy tengo más ganas de quejarme de esta sociedad inamovible…

En fin, da todo un poco de asco, tengo un poco de mal rollo acumulado que por más que ría, bese, acaricie o abrace no consigo que se escape. No se va con canciones, no se va con vacaciones, no se va sobre las olas ni con el viento en la cara a 200 kms por hora.

Sigamos explorando el mundo, sigamos viviendo, sigamos riéndonos, sigamos haciendo el mundo un poco mejor, a mí ya me cansa fingir y como nunca fuí de fingir no sé como hacerlo para poder sonreír a quién quisiera que las cosas le fueran verdaderamente mal…

Hoy lo pienso, siempre habrá a alguien que le deseemos mal, pero en el fondo con que encuentre que está podrido por dentro me basta, que cambie o llore.


Alejandro Rivas Gutiérrez, a las tres de la mañana de un 4 de septiembre

jueves, 25 de agosto de 2016

Con dos cojones

Cuando digo que creo en el amor, que creo en que hay que luchar por ser feliz aunque duela, aunque te arrastres, es como el ejemplo que he tenido durante más años a mi lado, el ejemplo de mi mejor amigo, de un hermano. Tú sabes quién eres.

Hace muchos años, detalle tras detalle, pico roto, tras pico roto, palada tras palada, y tras muchas rocas levantada conseguiste deshacer todas las curvas, todas las cuestas y has tenido muchos años de felicidad a su lado.

hoy te tacharán de loco por coger el coche, que no es tuyo, por engañar a tu familia e irte a recorrer España para no sabes muy bien qué, pero para huevos los tuyos, para que las cosas terminen siempre hay cobardes, para intentarlo cuando todo parece imposible cuando todo son bofetadas en la cara, o cicatrices en el corazón o pequeños desgarros del alma, vas y apuestas todo, sin más.

Son las 4 de la mañana a estas horas debería de estar dormido, pero ya sabes no suelo dormir, pero me jode no estar ahí a tu lado hablando riéndonos y turnándonos el coche, hoy le daban por culo al trabajo, y mira que si lo llego a saber, seguramente le habrían dado por culo igualmente, hubiese preferido estar a tu lado, y no por eso tu camino es menos valiente, o más cobarde.


Ojalá todos tuviéramos tus huevos para afrontar todas las curvas, para hacer el camino recto o el camino recto largo, pero a su lado. Cuanto miedo hay y qué cojones le echas. Espero que vuelvas riendo , espero que no tengas que tragar ninguna lágrima, pero sabes que para lo uno o para lo otro estaré, y es más prefiero que rías solo a que llores solo, compro más pañuelos que cámaras para inmortalizar los buenos momentos!


Bueno tío te admiro, y no creas que lo que haces no me sirve de ejemplo, me sirve y no sabes cuánto. Eres un ejemplo. Chapó.

viernes, 19 de agosto de 2016

Mi mundo de papel maché

Mi mundo de papel maché.

Vivo en un mundo de constante apariencia, dónde sólo se valora la forma y no el contenido, dónde te encuentras con personas planas, personas vacías personas que puedes moldear, personas que son las que esta sociedad valora.

No me lo explico todas las personas que conozco y merecen la pena son opacas y turbulentas, son oscuras, son luminosas, son esquinas, son sueños, son pasión, son penas, son dolores, son , y son mil torturas y lamentos, mil risas rotas en pedazos de las que nacieron hadas, son tantas cosas que no podría enumerarlas. Son fantásticas.

¿y qué pasa con todas estas personas? ¿por qué tienen que ser artistas? ¿para escribir su frustración para dibujarlas? ¿por qué no podrían ser barrenderos o dependientes a los que se les escucha, se les valora, se les da una vida para vivir? ¿por qué sólo valen las personas que se adaptan y que son tan transparentes que tras  una pequeña luz ves a través de ellos… qué no valen tan siquiera la tinta del boli que empleaste en ellas… ???

Diría que lloro de frustración de pena o de rabia, pero la verdad que no, simplemente me da asco, odio cada día un poco más esta sociedad de consumo que alimento, esta sociedad de personas vacías, personas sin sueño, con ambiciones planas, con ambiciones que sólo hablan de posesión.

Y que mi ambición sea hacer del mundo un lugar mejor… Y soy un mero mortal, soy una única persona, pero soy único o sólo yo me preocupa esto… Duele a veces pensar en ello, o simplemente estoy en uno de mis ratos rotos.

Voy a acostarme a ver si se me pasa tanta tontería y mañana odio un poco menos al mundo pero ya os garantizo que no, que lo seguiré odiando fuerte, pero tendré una estupenda sonrisa y un “pruébatelo qué es gratis”


Alejandro Rivas Gutiérrez

miércoles, 22 de junio de 2016

Deseo de cada noche

Me gustaba el orden que ponías en mi vida, me gustaba que fueras como un día de otoño, cálida, fría, revuelta, imprevisible. Me gustaba sonreír al verte, correr a abrazarte, desearte desde lo más profundo de mi ser. Me gustaba hablar de nada durante horas, me gustaban los buenos días, las buenas noches, y el qué estás haciendo que te necesito.

Me gustaba la rabia que hervía en ti cuando alguien dudaba de que me quisieras, me encantaba y sonreía viendo como sufrías pensando que me ibas a perder. Sí sonría no por tu sufrimiento, sino porque no sabías que así me enamorabas un poquito más y estaba cada vez más pendiente de cada pasito que dabas.

Me gustaba que tuvieras esa independencia totalmente dependiente de mí, me encantaba que no necesitaras de mí para hacer cualquier cosa, pero que prefirieras ir al cine conmigo. Me encantaba ver que a esta obra podía o tenía que ir yo.


Me encantaba saludar al romero, me encantaba dejarte notas sobre el escritorio, o simplemente no hacerlo y que lo echaras de menos. Me encantaba hacer cosas y que aparecieras en mis recuerdos. Me encantaba, claro que me gustaba…

Hoy hablaba con el que posiblemente sea mi mejor amigo sin que el tiempo o la distancia nos dañe, y estamos decididos a irnos a vivir juntos. Justo cuando le decía “no me importa pasarlo mal, quiero vivir contigo” me imaginé esa conversación cuando te convencí de que debía de tener un Carlino.

Ya hice mi lista mental sobre las cosas que quiero para mi noche de San Juan ,para el ritual que no voy a hacer, pues si debo de creer que el pensamiento influye en algo, valdrá de más que mi quema de papeles, pero en mis deseos está tu felicidad, para mí que llegue la vida y la pelee pero para ti que llegue la felicidad.

Qué bonitos son mis recuerdos, que bonita es la vida, pero sólo a veces, otras estamos un poquito rotos, un poquito jodidos, un poquito solos.


Alejandro Rivas Gutiérrez


miércoles, 8 de junio de 2016

Amor de contrabando y versos rotos

Amor de contra bando y versos rotos.

Estamos en una era en donde nos negamos a amar, en dónde hemos amado tanto que nos han dejado tremendamente rotos. A cambio buscamos la satisfacción de una vida llena de ocupaciones que nos distraigan de nuestras tiritas, buscamos las camas de personas que se lleven nuestro cariño, que se lleven lo mejor de nosotros que estamos rotos y no queremos abrirnos, es un hecho.

Pasan las horas y crees que has mejorado, crees que todo lo olvidaste, crees que has avanzado muchísimo, ya puedes dormir, ya no sueñas, ya no te palpita el corazón como antes e incluso crees que puedes querer o incluso quieres, pero siempre habrá algo que …. Él no es perfecto, ella no es ella, él cumple con todo pero no…

¿Pero no qué? ¿Qué mierdas queremos? ¿Qué cojones vamos  a solucionar con un corazón que llenamos de costuras? ¿Qué vamos a arreglar sin dejar pasar el tiempo? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que no me importe verte con otro? ¿A cuántas personas hemos de besar para olvidar sus besos? ¿Cuánta magia hay en el mundo en otros besos y no encontramos?

Escribo para aliviar mi tristeza, corro para dejar mis fantasmas detrás, levanto mis pesas cada día para establecer una rutina que me separe de las viejas manías. Me levanto cada día e imagino tres cosas nuevas para reconquistarla. Me tomo el café y vuelvo a mi tarea diaria.
Viajo, veo nuevas tierras, leo, imagino nuevos mundos, pero en todos apareces. ¿y si estás en esa esquina esperando que te diga que te quiero?

Sé que todo esto no debería salir a la luz, pues posiblemente nunca me deje en buen lugar, pero quién no está roto y busca las caricias de otros para que alivien sus heridas?
¿Quién no ha llorado en silencio y ha puesto muchos jajajajas y se ha alegrado de eso?


En fín, un fin, es un principio, pero hay finales que se alargan demasiado tiempo y no son ni final ni principio de nada.
Como de esto, seguro que otro día os hablo de ello.
Fin.


Alejandro Rivas Gutiérrez

lunes, 16 de mayo de 2016

Castillos en el Aire

Tal vez, y sólo tal vez me he cansado de pensar, tal vez y sólo tal vez quiera sentir, quiera disfrutar del aquí y del ahora, quiera compartir lo que pienso, lo que siento y lo que se sale de mí. Tal vez, y sólo tal vez, quiera viajar sin mirar la cartera, puede que esté confundido por sólo querer sentir, vivir y tocar, pero es lo que necesito.

Quiero coger el coche y poner la música al nivel adecuado, muy alto o bajito, lo que me pida la banda sonora, puede que hoy viajara hasta Finisterre con jazz o un blues que te transporte a Luissiana y que las luces de mi coche sean mi única compañía o tal vez recogería a alguien en la puerta para que no hablase durante el camino, o para reírnos en una cafetería de carretera de la gilipollez que estamos haciendo y queramos volver sin prisa y disfrutar de alguna conversación intrascendente. Estoy casi seguro que no llamaría a nadie, simplemente conducir, mi música y yo.

Puede que esté engañándome a mí otra vez, como siempre, y puede que trate de venderos un hermoso viaje, y que lo único que quiero hacer es llamar a esa puerta y esperar una sonrisa y un abrazo, y que con eso ya sienta que he llegado al fin de la Tierra, o ¿por qué cual es el fin? ¿El que marca un mapa? ¿Dónde termina la carretera, el camino, el agua?
El fin es llegar a dónde querías estar ni más ni menos, así que estamos llenos de finales. ¿Cuál sería el de hoy Martes 17 de mayo de 2016 a las 2:30 mientras suena The Man I Love de Coleman Hawkins?

Me apetece divagar, me apetece besar, me apetece dormir, sólo y acompañado, me apetece un café, un te, me apetece estar al  lado de una chimenea o en una hoguera bajo el cielo estrellado. Me apetece sentarme con los pies al vacío y sentir que puedo perderlo todo en un momento y confiar en que mi culo seguirá sin moverse como lo está al final de una silla.

Quiero luchar, quiero correr, quiero volver al gimnasio y terminar todas las rutinas que dejé a medias porque iba con prisa. Quiero sentarme a esperar la llegada de alguien. Quiero estar en silencio leyendo un libro y cerrarlo para no parar de hablar.

Quiero un beso en el cuello, quiero reírme y no pensar en los vecinos, quiero llorar de la risa, pero también quiero acostarme con una película solo en mi cuarto y con la inestimable compañía de mis doscientas cincuentaicinco almohadas…

Puede que esté loco, o simplemente todavía no sepa qué pasa en mi ciudad particular, qué ocurre en las calles de barrio, en la casita que he amueblado, en los sueños que he construido…

Castillos en el aire que nos dan a todos un poquito de oxígeno y nos permiten respirar, apartarnos de las rutinas, apartarnos del dolor, apartarnos de la vida, de esta vida que nos ata con circunstancias y circunspenciones. Me apetecía el palabro.


Muchas Gracias, pero por hoy terminamos. Buenas noches, buenos días y buenas tardes por si me llamas para tomar una cerveza.


Alejandro Rivas Gutiérrez

sábado, 23 de abril de 2016

Sexy Moon

No quiero olvidar ese momento en el que te quitabas la ropa y te movías solo para mi, consciente de cada curva de tu cuerpo, consciente de que no me perdía detalle, desde cada centímetro de tu ropa, hasta de cada sonrisa traviesa.

Sí, no lo quiero olvidar y puede que esté enfermo, pero esta enfermedad no me sube la temperatura, no me da temblores, no hace que la piel me arda… Qué cojones, claro que hace que me suba todo, que pierda mi raciocinio, que pierda mi cara de bueno y sólo piense en poseerte. Sí en ese momento se demuestra que soy Satán, sólo pienso en cosas que están prohibidas y cosas que no debería decir en público y gritos que no deberían escuchar mis padres.

En este momento que lo hiciste consciente de que iba a perder el control y cuando ves que todas mis ataduras van desapareciendo, justo ahí te ríes de lo fácil, de lo sencillo que soy. Sí no ve avergüenzo, pues justo en ese momento pienso usarte, sí, pienso hacerte tantas cosas que no perdería el tiempo dando los detalles. Tu sonrisa invoca a mi boca y como por arte de magia, pues no sé cuando decidí moverme, ya mis manos rodeando tu cara y te beso, sí, te beso de tal manera que te recorre un escalofrío desde la espalda a la cabeza…


Ojalá pudiera olvidarme de todas estas cosas, ojalá dejarás de ser la Sexy Lady que tengo en mi cabeza, ojalá pudiera borrar esta mente sexy, pero quién demonios soy para borrarte de mi existencia? ¿quién demonios no querría poseerte? Y quién no lo quiera, mejor, pues en este momento siempre dudo. ¿Sigo mirándote y disfruto del bello espectáculo que crearon tus padres para mi goce y disfrute? O ¿empiezo a moverme para que en vez de retenerte en mi memoria visual, todo sean sensaciones únicas?

Siempre tendré esa duda. Pero se acabó el tiempo.

Buenos días a aquellos que la luna les levantó con una sonrisa.

Hoy una canción tiene la culpa ¿la queréis escuchar?

https://www.youtube.com/watch?v=YUY9Y9RFiHY


Alejandro Rivas Gutiérrez

viernes, 12 de febrero de 2016

13

A veces tengo la sensación que quiero dejarme aparcado en algún lugar el cerebro, los ojos o el corazón, no por nada, sólo es para ver que tal se está estando, sin pensar, sin ver, sin recordar, sin matirizarte por los años, por las decepciones, por los sueños rotos, las experiencias vividas que son como una rosa llena de espinas que sólo coges del tallo y que siempre te lastima.

Y todas estas cosas llegan hoy, cerca ya del 13, cerca ya de una nueva etapa. Si es cierto que cada 7 años hay una revolución en nuestras vidas, espero que a la mía llegue y me cambie por completo, pues el hombre, el adolescente y el niño que soy, no me termina de gustar.

Puede que en muchas ocasiones sea el más duro de mis amigos, el más duro conmigo de lo que sería sano, tan duro que se me escapa darme las buenas noches para poder dormir tranquilo, así del tirón, así sin despertarme a media noche, o durmiéndome cuando llega la media noche, y no mi medio sueño, que bien puede ser con las primeras luces del día.

(soy ese soñador, ese romántico que construiría una casa con ventanas azules)

Es complicado no entenderse, o entenderse demasiado bien y no querer hacerte caso, no querer cambiar… Estancarte… No coger el teléfono, no coger el currículum o coger más horas los bolis que bien repartidos tengo por mi escritorio que con una mirada lastimera me dicen “no me estás cogiendo y lo sabes… y debes, me debes muchas horas de tus manos, o de tu mano…”

Podría ser que  mi mano, o mis manos no quieran coger un boli, que no quieran dibujar más curvilíneas y lo que quieran es dibujar sonrisas tras las curvas… Todo es posible, todo es probable. Y todas estas gilipolleces son rincones de lo que yo llamo Un pelirrojo inexplorado, bueno, lo he llamado ahora, no estaría … Un pelirrojo indómito? Jajajajaja

En fin desvarío. Sólo escribo porque hay algo dentro que quema, algo que si no sale con esta danza por las teclas no me quedo a gusto, no estoy contento si algo me quema, ya sea en los pantalones o en la cabeza.

Buenas noches


Alejandro Rivas Gutiérrez

viernes, 1 de enero de 2016

Mi princesa

mi princesa no llevará tacones, no se le quedará un zapato en unas escaleras huyendo de nuevo a su casa, mi princesa llevará zapato plano o botas y sólo perderá su calzado en la parte de atrás de mi 406 o bajo mi escritorio-

No llevará maquillaje los lunes, ni el miércoles pero llegará el sábado y me sorprenderá con una sencilla máscara de pestañas y un poco de sombra de ojos.

No verá telecinco, leerá los libros de cinco en cinco y se cabreará con la muerte de los protagonistas como si fuesen amigos suyos.

Irá de compras, de rebajas y gastará lo que tiene en ropa, pero siempre encontrará una cosita que traerme a casa, unas chuches o un abrigo nuevo y el tanga... (por dios que venga ya)

Me dirá que no a muchas cosas, pero nunca a un beso o a una caricia en un lugar público hecha con toda mi discreción...

Será toda una princesa de gestos delicados y andar gracil, pero cuando le haya quitado las botas me hará ver que los límites sólo están en la última página del libro, no de nuestra imaginación.

Llegará a casa o me verá y saldrá corriendo, dejará lo que esté haciendo para tratarme como me trata mi perra, sí Daysi estás cerca de ser mi princesa, pero te sobra pelo tía!

Y seamos sinceros, sí lo estás leyendo, princesa ¿por qué no me dices nada? No ves que te llevo esperando toda la vida?