viernes, 12 de febrero de 2016

13

A veces tengo la sensación que quiero dejarme aparcado en algún lugar el cerebro, los ojos o el corazón, no por nada, sólo es para ver que tal se está estando, sin pensar, sin ver, sin recordar, sin matirizarte por los años, por las decepciones, por los sueños rotos, las experiencias vividas que son como una rosa llena de espinas que sólo coges del tallo y que siempre te lastima.

Y todas estas cosas llegan hoy, cerca ya del 13, cerca ya de una nueva etapa. Si es cierto que cada 7 años hay una revolución en nuestras vidas, espero que a la mía llegue y me cambie por completo, pues el hombre, el adolescente y el niño que soy, no me termina de gustar.

Puede que en muchas ocasiones sea el más duro de mis amigos, el más duro conmigo de lo que sería sano, tan duro que se me escapa darme las buenas noches para poder dormir tranquilo, así del tirón, así sin despertarme a media noche, o durmiéndome cuando llega la media noche, y no mi medio sueño, que bien puede ser con las primeras luces del día.

(soy ese soñador, ese romántico que construiría una casa con ventanas azules)

Es complicado no entenderse, o entenderse demasiado bien y no querer hacerte caso, no querer cambiar… Estancarte… No coger el teléfono, no coger el currículum o coger más horas los bolis que bien repartidos tengo por mi escritorio que con una mirada lastimera me dicen “no me estás cogiendo y lo sabes… y debes, me debes muchas horas de tus manos, o de tu mano…”

Podría ser que  mi mano, o mis manos no quieran coger un boli, que no quieran dibujar más curvilíneas y lo que quieran es dibujar sonrisas tras las curvas… Todo es posible, todo es probable. Y todas estas gilipolleces son rincones de lo que yo llamo Un pelirrojo inexplorado, bueno, lo he llamado ahora, no estaría … Un pelirrojo indómito? Jajajajaja

En fin desvarío. Sólo escribo porque hay algo dentro que quema, algo que si no sale con esta danza por las teclas no me quedo a gusto, no estoy contento si algo me quema, ya sea en los pantalones o en la cabeza.

Buenas noches


Alejandro Rivas Gutiérrez

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