miércoles, 8 de junio de 2016

Amor de contrabando y versos rotos

Amor de contra bando y versos rotos.

Estamos en una era en donde nos negamos a amar, en dónde hemos amado tanto que nos han dejado tremendamente rotos. A cambio buscamos la satisfacción de una vida llena de ocupaciones que nos distraigan de nuestras tiritas, buscamos las camas de personas que se lleven nuestro cariño, que se lleven lo mejor de nosotros que estamos rotos y no queremos abrirnos, es un hecho.

Pasan las horas y crees que has mejorado, crees que todo lo olvidaste, crees que has avanzado muchísimo, ya puedes dormir, ya no sueñas, ya no te palpita el corazón como antes e incluso crees que puedes querer o incluso quieres, pero siempre habrá algo que …. Él no es perfecto, ella no es ella, él cumple con todo pero no…

¿Pero no qué? ¿Qué mierdas queremos? ¿Qué cojones vamos  a solucionar con un corazón que llenamos de costuras? ¿Qué vamos a arreglar sin dejar pasar el tiempo? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que no me importe verte con otro? ¿A cuántas personas hemos de besar para olvidar sus besos? ¿Cuánta magia hay en el mundo en otros besos y no encontramos?

Escribo para aliviar mi tristeza, corro para dejar mis fantasmas detrás, levanto mis pesas cada día para establecer una rutina que me separe de las viejas manías. Me levanto cada día e imagino tres cosas nuevas para reconquistarla. Me tomo el café y vuelvo a mi tarea diaria.
Viajo, veo nuevas tierras, leo, imagino nuevos mundos, pero en todos apareces. ¿y si estás en esa esquina esperando que te diga que te quiero?

Sé que todo esto no debería salir a la luz, pues posiblemente nunca me deje en buen lugar, pero quién no está roto y busca las caricias de otros para que alivien sus heridas?
¿Quién no ha llorado en silencio y ha puesto muchos jajajajas y se ha alegrado de eso?


En fín, un fin, es un principio, pero hay finales que se alargan demasiado tiempo y no son ni final ni principio de nada.
Como de esto, seguro que otro día os hablo de ello.
Fin.


Alejandro Rivas Gutiérrez

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