Soy una herida que está siempre haciendo de herida,
recordándome mi existencia, recordándome mis errores, sangrando de vez en
cuando, derrochando imaginación y dolor, a fin de cuenta en la sangre hay vida
y en mis escritos viven mis dolores.
De dolor mucho sé, no sé si por como nací o por el sentido
tan estúpido que tantas veces tengo sobre la lealtad, el amor, la amistad. No
lo sé, sigo pensando que soy algo más que unas líneas al final de ese mensaje.
Más que unas risas con una cerveza, más que lo que muchas veces me duele.
Seré una herida, seré un día gris, un día sin luz, o una luz
a los días sin luz, una risa cuando asoma una lágrima o un amigo cuando todo
está vacío.
La vida está llena de cosas existenciales, la existencia en
sí es algo que muchas veces no comprendemos, muchas veces sonrío a ver cómo el
destino juega conmigo y me junta y me separa a las personas, cómo y en qué
momento veo que todo encaja y empiezo a creer.
La verdad que a pesar de que creo firmemente somos las
heridas que hemos sufrido, a pesar de que creo que somos esos recuerdos felices
que nos quedan en nuestra memoria cual utopía, que somos todo el sexo que hemos
tenido, todos los anhelos acumulados, el sentido del ridículo que dejamos de
lado por hacer reír a esa persona… y ese orgullo que muere asesinado por esa
sonrisa…
Hoy las noches tienen sentido, hoy las heridas se suturan,
hoy los fracasos son aciertos, los errores son lecciones y la fábula del hilo
rojo esté presente en mi vida, no lo sé, o que pollas sí lo sé, pero no te lo
diré! Jajajajaja
¿Queréis saber que me pasa? Que cuándo estás en uno de esos
días que no quieres salir de la cama, que seguirías días y días, que ni la
bebida ni las promesas te sacarían de ella, a mí me salen estas cosas.
Me voy a correr, que tras unas líneas, todo funciona mejor
por aquí dentro.
Alejandro Rivas Gutiérrez