domingo, 9 de octubre de 2016

28 veces maldito

Pesa sobre mí una terrible maldición y quiero que la conozcas.  Llevo casi 30 años conmigo mismo y algo me conozco.

La maldición creo que me lleva a apartar a la gente de mi lado, da igual cuánto me esfuerce, nunca lo hago bien. Da igual que esté pensando tras mis palabras, el mensaje que envío es equivocado.
Puede que lo que me ocurre es que quiero demasiado y con mucha intensidad, que intento ser frío y dosificar esto que me quema, tanto amor, tanta pasión, que es incontrolable.
 
Fui maldecido con el don de la palabra, con la capacidad para poder adornar las palabras, con la mala suerte de encontrarme con gente más inteligente que yo que ve en mi forma algo que no es lo que trataba de decir y al pararme a dar una explicación, de nada les vale, ya han visto qué quería decir.

Si te quiero, seguro que me he confundido en más de una ocasión contigo, supongo que es por cómo viví mi infancia, la soledad es algo que tarda demasiado en curarse. Os aparto diciendo algo que no es lo que siento, lo que pienso, lo que deseo.


Mi mayor miedo, siempre ha sido uno: La soledad. Y es mi mayor miedo porque he vivido con ella, pero parece que es un demonio que te susurra al oído para que vuelvas a ella, para que digas eso que no has de decir, aunque cuando lanzas el mensaje piensas en otra cosa diferente, pero como el agua que no vuelve a molino, las palabras pronunciadas no vuelven a mi boca y con ellas. Destrucción.

Si me estás leyendo, estas palabras te llegan tarde. Pero es así, mi mayor defecto. Quererte. Te haré daño, no conozco persona que no haya sufrido mi maldición, por más que me esfuerzo en ser la mejor persona imaginable, de verdad. Cada día…

Pero tengo miedo.
Mucho miedo.

Si te quiero, te necesito, alivias mi corazón, lo sanas, pero cuando veo que te pierdo es... una agonía y habla la soledad que está instaurada en mí.

Te quiero, y perdona. Sé que te hice daño, nunca lo pensé, nunca lo quise, pero lo mismo no deberías de venirte a mi lado. Tengo muchas cosas buenas, pero si vienes, ven para quedarte, piensa que diré cosas que no quiero decir. Que tras cada palabra tengo muchos sentimientos guardados, y por eso no te engaño si te digo algo y luego ves que me retracto, no era consciente de cómo se estaba enviando el mensaje.

Alejandro Rivas Gutiérrez 

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