Somos seres humanos, eso nos confiere las mismas necesidades
que al resto de seres vivos. Nacemos, nos alimentamos, nos reproducimos y
morimos.
Y en esta verdad absoluta caen los años y el destino que
está por venir. Puede que no me lo hubiese planteado, pero haciendo gala de un
descubrimiento reciente siento más incertidumbre que nunca por mi futuro.
Ya he cumplido dos de mis funciones vitales, que es nacer y
alimentarme, unas veces mejor que otras. Ahora, en mi tercera función, he de
decir que me he empeñado en practicar todo lo posible para que mañana mi futuro
no tenga defectos. Fuiste hecho con amor, desde el primer beso al éxtasis que
te empujó hasta el final.
Para reproducirse en una época como ésta en dónde la
información es tan grande, sabes que tienes que cumplir con una lista. Un niño
que no jugó a ser súper man o la niña que no tuvo un príncipe que le rescatase
de su torreón de almohadas. Esta, no es mi idea de la paternidad.
He llegado a los 28 sin preocuparme por esto. No le di
importancia al tiempo que iba sumándose en mi calendario. No le di importancia
a las personas que pasaron tiempo conmigo, porque no veía preparado para tal
hazaña, pero sí seguí compartiendo el tiempo con ellas… ¿puede que mi
percepción del tiempo hiciera que todas fracasaran? ¿Puede que el fracaso sea
fruto de no luchar por el futuro? ¿Falta de ambición pensando que todo llegará
cuando deba de llegar? ¿Acaso las cosas llegan sin trabajarlas?
La realidad es que tengo 28 años, una prueba de acceso a la
universidad que no me sirve para cumplir mi siguiente etapa, y años por delante
que no sé cómo los sortearé, el caso es que me plantaré casi en los cuarenta
siendo un novato en mi profesión y me pregunto… ¿quién querrá a un hombre como
yo? Si ya hay niños más preparados para la vida que yo…
Los demonios nos asedian a todos. El amor ha sido una de mis
metas antes de morir. He luchado por él. Pero sigo perdiendo batallas. Mi peor
enemigo fue el miedo a mí mismo.
Debería de ser un poco más humilde, debería deja de intentar
ser el mejor, debería simplemente dejarme querer con lo que soy, con lo que me
duele y con lo que no me duele, debo de ser algo más auténtico, algo más yo.
Pero si he de suponer algo, supongo lo siguiente: siempre me
ha dado miedo mostrarme como soy y sé que es porque si me rechazan mostrándome
al 100% es un golpe fatídico.
Touché, a la mandíbula y sin bucal.
Alejandro Rivas Gutiérrez
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