lunes, 24 de abril de 2017

A thousand years

Un poco de música

Aquellos que escriben tratan de contar lo que sería una vida fabulosa, ya fuese con ella o una amalgama de seres fantásticos que tienen mucho de nuestras mejores cualidades y que nuestros defectos descubiertos (pues todos tenemos defectos que ignoramos) se vuelven en virtudes capaces de salvar el mundo o a ella.

Yo intento describir muchas veces lo que me ocurre, todas las cosas de las que me veo capaz sólo porque me quiere, intento darle palabras a lo que son sentimientos complejos, enrevesados, pero que sólo tienen una dirección, un futuro y una persona.

No siento ninguna vergüenza de pensar en ello, ni de explicarlo, de hecho la única vergüenza que debería de darme es no haberla encontrado antes, pero supongo que la vida nos va preparando poco a poco para que llegue la persona adecuada en el momento justo.


Me dice a diario que la miento, yo tengo la oscura certeza de que intenta salvaguardar un poquito de si misma de mí, porque sé que me meto en absolutamente todo. Cada día quiero estar presente en el más mínimo de sus pensamientos, y aunque sea un poco enfermizo creo que ella se metió así en los mío, así que me debo de vengar, pero me esquiva y me prueba, a ver de cuántas maneras diferentes puedo decirla que la quiero o que la amo…

Lo siento cariño, pero sólo hay una manera y es la siguiente, ¿estás preparada?

Te quiero.
Te Amo.

El resto son sólo anécdotas para contar una historia que se resume en esas cuatro palabras. Te quiero todos los días de mi vida, y te amo porque no sé quererte, ese verbo se quedó corto hace algún tiempo.


Alejandro Rivas Gutiérrez